Decanter.com participó de una masterclass con la cazadora de vinos de alta gana falsos, Maureen Downey, de Chai Consulting y winefraud.com.
Según la experta Maureen Downey, si alguien piensa que la falsificación de vinos paró con la condena y encarcelamiento del archi-falsificador Rudy Kurniawan, se está engañando.
Miles de vinos inventados por Kurniawan, AKA Dr. Conti, fueron destruidos en los campos de los Estados Unidos el año pasado, pero otros nunca fueron encontrados.
A eso hay que agregarle que las investigaciones por vinos falsos continúan con bastante frecuencia.
Downey, que ha pasado más de una década tratando de arrojar luz sobre este tema, este mes lanzó el sistema Chai Wine Vault en un esfuerzo por garantizar la proveniencia y autenticidad de un vino.
Aquí los 10 signos de los que tenemos que estar pendientes, basándonos en su reciente seminario dictado por Maureen Downey y Siobhan Turner de Chai Consulting…
1. Cuidado con los vinos “unicornio” que nunca han existido
Como dice Downey, los vinos que “sólo existen en la mente de un falsificador”, como una botella de cinco litros de Cheval Blanc de 1945. El tamaño de esa botella no se introdujo en Burdeos hasta el año 1978.
Esta es una de las maneras como Emmanuel Ponsot de Borgoña descubrió a Rudy Kurniawan. Durante el juicio a Kurniawan, Ponsot indicó que la botella de su Clos Saint-Denis de 1945 no podía existir porque él empezó a hacer vinos con esta apelación en 1982.
2. Chequea el color de la etiqueta
El papel cambia a lo largo de los años, con una fórmula llamada “ultrawhite” introducida en 1957, dijo Downey. Esta brilla bajo la luz ultravioleta, por lo que, si tienes una etiqueta “ultrablanca” del año ’45, lo más probable es que sea falsa.
3. Lee la letra chica
La mayoría de los vinos de alta gama usan una plancha, por lo que debes mirar de cerca la separación del color de un proceso de pantalla de tres colores, o de los bordes cuadrados de una matriz de puntos – la diferencia es alumbrante.
4. Investiga
¿Coincide la información de la etiqueta con la historia? Por ejemplo, ¿mencionaría un Lafite de 1811 la AOC Pauillac, que data de 1936, o a la familia Rothchild, que son los dueños desde 1868?
5. ¿Muestra su edad?
Los falsificadores usan todo tipo de técnicas para hacer que el brillo de una etiqueta nueva luzca como su edad (falsa). Manchas de tabaco, suciedad de la goma de laca, las marcas características que deja una lija. Algunas etiquetas, horneadas en hornos por lotes, muestran el “fantasma” de otra etiqueta si se examina bien.
6. Pegamento: una situación pegajosa.
El pegamento puede ser envejecido forénsicamente – el clásico pegamento “blanco” fue usado desde los ‘60s y, al igual que el papel ultrablanco, brilla bajo luz ultravioleta. Está pendiente de las manchas de pegamento en el borde de las etiquetas, en mellas y lágrimas, y bajo las cápsulas – todos son signos sospechosos.
7. Cápsulas: ¿nuevas o viejas?
A lo largo de los años, las leyes de empaquetamiento de comidas han cambiado de plomo a estaño a aluminio. Si la cápsula tiene muchas arrugas o pliegues, seguramente ha sido vuelta a poner. Otros signos: huellas digitales en las cápsulas de cera, residuos dejados de un sello anterior; un logo de reciclaje en una botella vieja.
8. Corchos: signos reveladores
Típicamente, los corchos de Burdeos tienen un largo de 52-55mm, y están marcados, en lugar de entintados. Comprueba si hay marcas “Ah-so”: las ranuras dejadas en el costado de un corcho por un extractor de corcho de dos puntas. Para corchos hechos de aglomerado, busque suciedad debajo de la cápsula que enmascara el corcho.
9. Vidrio: mirando a través de los falsos
Una botella soplada a mano del siglo XIX tiende a tambalearse sobre una superficie plana. Después de 1930, las botellas francesas deberían tener su capacidad, por ejemplo, 75 cl, en relieve en algún lugar del cristal.
10. Sedimentos: un negocio sucio
Los sedimentos de un vino son difíciles de falsificar, por lo que debes verificar su presencia, tamaño y apariencia general. ¿Es muy macizo? Algunos sedimentos falsos brillan como brillantina en la oscuridad.
Editado por Chris Mercer
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